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27 El Dios eterno es tu refugio, y abajo están los brazos eternos.

Arroja a tus enemigos delante de ti y grita: “¡Destrúyelos!”.

28 Por esta razón, Israel habita confiada, prosperando en tierra de grano y de vino, mientras las lluvias suaves descienden de los cielos.

29 ¡Qué bendiciones tienes, oh Israel!

¿Quién más ha sido salvado por el Señor?

Él es tu escudo y tu ayudador, él es tu espada triunfal.

Tus enemigos se inclinarán delante de ti; y tú pisarás sus espaldas».

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